miércoles, 7 de diciembre de 2011

RAQUETAS DE NIEVE


Con la llegada de las primeras nieves, muchos de nosotros ya estamos deseando volver a calzarnos las raquetas para realizar trekking invernal.
Las raquetas de nieve son unos utensilios que se acoplan a las botas y sirven para desplazarse con más comodidad y rapidez sobre terreno nevado o helado, utilizándose sobre todo en la práctica del senderismo o montañismo en invierno. Distribuyen el peso de la persona sobre una superficie más grande de manera que el pie no se hunda completamente en la nieve, como consecuencia del que se llama «flotación».



Mientras hoy se utilizan principalmente para el ocio, excursionistas y corredores a los que les gusta continuar haciéndolo en el invierno, en el pasado eran herramientas esenciales para los comerciantes de piel, cazadores y cualquier persona que necesitara moverse por áreas donde nevaba a menudo de forma severa. Incluso hoy en día, las raquetas de nieve son necesarias para guardas forestales y otros colectivos que tienen que ser capaces de moverse por áreas inaccesibles para vehículos motorizados cuando hay nieve profunda.

Las raquetas de nieve tradicionales tienen un marco de madera dura con cordones de piel. Las modernas, mayoritariamente, están hechas de metal ligero o son de una única pieza de plástico acoplada al pie para distribuir el peso. Además, suelen disponer de algunos elementos que mejoran el diseño original, como son:
  • Unión del pie a la raqueta por la puntera mediante un eje pivotante. Lo que permite levantar el talon y flexionar la rodilla sin levantar la totalidad del peso de la raqueta.
  • Pequeños crampones o cuchillas en la suela para poder caminar sobre nieve dura o hielo.
  • Alza para el talón, que hace mas descansados los ascensos al modificar la inclinación del pie.
  • Gancho delantero, que mejora el agarre en los descensos.
Para los que no se deslizan sobre esquís, la única salida aceptable son las raquetas. Aunque no son ni mucho menos un invento nuevo, han sufrido una evolución considerable desde que nuestros antepasados las usaran hechas de madera y piel. El origen y edad de las raquetas de nieve no son conocidos con precisión, aunque los historiadores creen que fueron inventadas entre el año 2.000 y el 4.000 a. C., probablemente empezando por Asia Central. Estrabón escribió que los habitantes del Cáucaso acostumbraban a adjuntar superficies planas de piel bajo los pies y en cambio, los armenios usaban superficies redondas de madera.
En los orígenes se separaron dos grupos de pioneros de las raquetas de nieve, estableciendo patrones que aún hoy en día se pueden ver. Un grupo abandonó la raqueta de nieve migrando hacia el norte, a lo que hoy es Escandinavia, eventualmente cambiando el diseño de la raqueta de nieve a lo utilizado en el esquí Nórdico de fuera de pista. El otro fue hacia el noreste, cruzando el estrecho de Bering hacia Norte América.


Raquetas antiguas.

Existen diferentes tipos de raquetas:
  • De paseo.
  • Técnicas.
  • De competición.
Las primeras tienen gran flotabilidad, son ligeras y económicas, pero tienen tracción limitada, peligrosas a media ladera, no incorporan alza ni permiten fijar el talón.
Las de competición resultan ideales para la marcha nórdica y son muy ligeras, pero tanto la tracción como la flotabilidad son muy limitadas, precisan de calzado especial para anclaje automático y ni disponen de alza ni permiten fijar el talón.
Yo recomiendo las técnicas: Facilitan un paso más natural, la tracción y el agarre lateral son buenos, incorporan alza y permiten fijar el talón. El único inconveniente es el precio, pero no es difícil encontrar un sitio donde las alquilen.

El tamaño de la raqueta que elijamos, debe corresponder con el peso del usuario. Lógicamente, cuanto más pequeña sea menos pesará y menos estorbará para andar, pero puede no servirnos para nada si no la elegimos adecuada a nuestro peso. Los materiales excesivamente ligeros suelen ser menos resistentes.



En cuanto al método de uso, realmente no es nada complicado. Hay que acostumbrarse a andar con unos “pies” más anchos de lo normal, e intentar no trabarse, levantando los pies un poco más.
En subidas y llaneos, la fijación en posición suelta es lo más recomendable. Hay modelos que incorporan un alza en el talón para subidas pronunciadas, pero aún así, las pendientes deberán afrontarse en zig-zag, la mayoría de las veces, o a la manera de los esquiadores de fondo (dirigiendo las puntas hacia el exterior) si es una subida corta.
En bajadas o tramos delicados, es recomendable llevar la raqueta en posición fija, para evitar sustos y tener mayor control de los pasos que damos, lo que tenemos que eludir siempre los raqueteros, son las medias laderas.
Por último, los bastones son una parte imprescindible del equipo y van íntimamente unidos a las raquetas, ya que nos permiten guardar el equilibrio y ayudarnos en la progresión.