viernes, 9 de agosto de 2013

FERRATA DEL CANFRANERO


Ganas tenía de acometer esta ferrata desde que me enteré de su inauguración a través de Pirineo Digital, a penas hace un par de meses. Y no precisamente por su espectacular recorrido (pues no es el caso), sino porque está situada en una localidad muy especial para mi: Canfranc-Estación. Sin duda, el lugar donde aprendí a amar las montañas de la mano de mis padres, hace ya mucho tiempo, pero al que seguimos retornando año tras año... ¡Me encanta este sitio!





Para llegar a los pies de la ferrata, ir por la N-330 hasta justo antes de meterse en el interior del túnel de la carretera que cruza hasta Francia. Un cartel nos indica el desvío a la derecha. Atravesar el pueblo, y poco antes de salir de él en dirección Candanchú, una indicación nos señala dos zonas de aparcamiento situadas junto al túnel ferroviario del Somport. Continuar caminando por la carretera, y  en la primera curva está la ferrata.

Túnel de Somport.



Aprovechando un fin de semana libre y que mi hija Almudena estaba disfrutando en Canfranc de sus merecidas vacaciones junto a mis padres, añado a mi equipaje el material de ferratas. Esta pequeña localidad altoaragonesa quiere  impulsar el turismo, y para ello han señalizado más de 350 kilómetros de senderos, y creado esta vía ferrata junto a Aragón Aventura.

Recuerdo que de crío, me sentaba junto a mi abuelo en unas piedras a ver como la Unidad de Alta Montaña del Ejército, practicaba escalada en el mismo sitio donde hoy se encuentra la ferrata...


"Papá, ¿llevas todo el material que pone aquí?" me preguntaba Almudena mientras me ponía el equipo...


Esta vía salva 80 metros de desnivel en un recorrido de 100. Está considerada de nivel 1, aunque posee un tramo de total verticalidad.






La pared empieza tumbada, los primeros metros no tienen cable de seguridad, pero aquí el riesgo es casi nulo. Se asciende a través de cómodas grapas de acero corrugado. A mi parecer, en algunos tramos están demasiado separadas, haciéndola impracticable sin ayuda a un niño o adulto de corta estatura.

Poco más tarde, las grapas desaparecen y hay que trepar por la pared con la ayuda de una cadena.








Posteriormente reaparecen las grapas comenzando el tramo más vertical,  hasta alcanzar un rellano donde la ladera es cada vez menos inclinada y la abundancia de agarres naturales, hacen fácil la ascensión a la parte más alta del recorrido junto a unas ruinas. 

A partir de aquí, comienza el descenso.
Vistas de Canfranc, desde la parte más alta de la ferrata.


Siguiendo unas marcas rojas sobre la roca, comenzamos el descenso. Al principio, hay una gran inclinación en la que nos ayudamos de la sirga de seguridad. Luego, se va suavizando poco a poco hasta internarnos en bosque para llegar a los pies de la carretera, a la altura del túnel.


Comenzando el descenso.
El sendero se interna en el bosque.


No es una gran ferrata. A ninguno le valdría la pena el viaje sólo para realizarla. Pero cuando lleguéis hasta aquí, descubriréis un magnífico paraje con kilómetros y kilómetros de senderos que os llevarán a alcanzar magníficas vistas donde completar la jornada.


Abrazando a mi "niña" tras concluir la ferrata.





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2 comentarios:

  1. Gracias por la reseña, Vidas Ferratas. Las fotos son muy, muy simpáticas.

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