A las 8 en punto de la mañana, pasé con el coche a buscar a Agustín y Laura. Juntos nos dirigimos rumbo al Pirineo, concretamente hacia la Selva de Oza. En esta ocasión, realizamos un trekking circular de unos 10 km, a través de la Boca del Infierno y la calzada romana de Echo, salvando un desnivel de 520 m.
A la altura de Huesca tomamos el desvío hacia Pamplona. Después de desayunar y comprar el pan en Ayerbe, continuamos ruta hasta Puente la Reina de Jaca, donde Laura había quedado con cuatro amigos con los que compartiríamos la excursión.
En pocos minutos y tras las presentaciones, salimos los dos coches. Cruzamos Echo, pasamos Siresa y a los 6 kilómetros, en un desvío a la derecha de la carretera que marca Puente de Santa Ana, aparcamos los coches en una pequeña explanada (918m).
Cogemos las mochilas del maletero, y cruzamos de nuevo la carretera para iniciar el recorrido.
Nada más cruzar la carretera, nos encontramos con este desvío. Tomaremos la derecha. |
Nos salió un día expectacular. A pesar que el termómetro del coche nos llegó a marcar -2ºC en Huesca, llegamos a estar en manga corta.
El camino lo iniciamos por una pista forestal con las marcas rojas y blancas de la GR 65.3.3, atravesando zonas de matorral y pinar.
A los pocos minutos, comienza el tramo de la vía romana.
Se trata de los restos de la Calzada Caesaraugusta-Beneharnum, que unía la actual Zaragoza con el Bearn francés a través del Puerto de Palo.
En su momento fue una de las tres principales vías que atravesaban los Pirineos y mucho más tarde, se convirtió en uno de los primeros caminos usados por los peregrinos europeos que se dirigían a Santiago de Compostela, constituyendo el paso más antiguo y transitado en los siglos IX y X del Camino de Santiago.
Calzada romana |
Continuamos en ascensión durante unos 40 minutos hasta llegar a una torre militar construida en época del rey Felipe II, para controlar el paso de mercancías, protección de los peregrinos frente a bandoleros, y defensa ante los ataques de los hugonotes franceses. Estamos a 1.168 m.
Según algunas fuentes se trata de la Torre de Ysil, según otras Torreón Fernando VI, pero por la zona siempre se ha conocido como Castiello Biello ó Lo Vixía. Que el lector elija el nombre que más le guste antes de que se derrumbe del todo y sea rebautizada como "escombros"...
El sendero a partir de aquí va en ligero descenso y estrechándose a través del hayedo, hasta los pies de la carretera de nuevo, junto a un refugio forestal.
Refugio forestal |
Volvimos a cruzar la carretera y el río Aragón-Subordán, y atravesamos el abandonado campamento San Juan de Dios (1.065m).
Cruzando el Aragón-Subordán |
A partir de aquí, iniciamos el regreso por la Senda de los Ganchos, antiguo camino que al encontrarse alejado de la vía principal (la calzada romana) y oculta por el bosque, fue muy utilizada para el contrabando. De hecho, se denomina también Senda de los Contrabandistas.
El sendero está marcado (muy escasamente) por marcas blancas y amarillas de la PR-HU 21.
Por la Senda de los Ganchos |
El recorrido vuelve a ascender hasta llegar a la máxima cota de la excursión, 1.218 m.
En el círculo rojo, el torreón por el que pasamos a la ida que ahora queda al otro lado del valle. En el amarillo, el pabellón del campamento abandonado San Juan de Dios. |
Ahora vamos descendiendo hacia el barranco de Agüerri, dejando atrás el bosque de hayas, e introduciéndonos en un pinar.
Puente sobre el barranco d´Agüerri |
Una vez cruzado el puente, el recorrido va por una pista mucho más ancha, y llega hasta una zona recreativa, donde aprovechamos para comer.
Rellenando las botellas en una fuente |
Ya es hora de comer... |
...y de beber. |
Tras el descanso, cruzamos el puente de Santa Ana, y regresamos a los coches.
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