Estamos en Semana Santa y la meteo anuncia un sábado perfecto: sol y temperaturas agradables. Así que lo aprovechamos.
En esta ocasión haremos una excursión muy guapa por el Prepirineo oscense, una ruta de ida y vuelta por el entorno geológico que rodea a Villalangua: saliendo de esta pequeña población, iremos hacia el collado de La Osqueta por la Foz de Salinas, siguiendo el PR-HU 97.
Foz de Salinas. |
Mi hija Almudena nos acompaña en esta ocasión a mi hermana y a mi. Creía que no le iba a apetecer pues, el miércoles pateamos la ciudad viendo procesiones, el Jueves Santo fuimos nosotros quienes salimos en procesión con nuestra Cofradía durante varias horas, el viernes nos fuimos con la bicicleta... vamos, que estaba casi convencido que no iba a querer venir de excursión por el cansancio acumulado, pero me dijo que sí, que le apetecía mucho.
Sobre las 10:30 llegamos a Villalangua, y nos tomamos el cafecito de rigor con bizcocho casero en la preciosa posada del pueblo.
Desde la terraza podíamos divisar el collado de La Osqueta, nuestra meta de hoy. Le llaman también "la uve doble", por la semejanza de esta letra con el cortado en la roca.
La W en el centro del círculo. |
Comenzamos a caminar. Nos esperaban unos cuantos kilómetros, con 565 metros de desnivel positivo y 45 de negativo.
Junto a la iglesia del pueblo, tomamos la calle que nos lleva hacia el río Asabón, y tras cruzarlo, continuamos por una senda rodeada de vegetación que rápidamente se convierte en pista rodada.
Un kilómetro después, la ruta llega a un desvío. Giraremos a la izquierda.
Continuamos caminando por un sendero delimitado por muros de piedra que nos recuerdan que, antiguamente, este tramo era zona agrícola.
Poco a poco, tras cruzar el barranco de Salinas, el PR-HU 97 se aproxima a la vertical muralla rocosa de la Foz de Salinas.
Un poco más arriba, aparece un cruce del sendero señalizado, donde el recorrido toma dirección a Salinas Viejo y Agüero.
Los paisajes ya empiezan a ser impresionantes...
Acompañados por el vuelo de buitres, continuamos caminando siempre en constante ascenso por este increíble tramo geológico, y llegamos a un bonito puente medieval junto a una cascada.
A los pocos metros de abandonar este idílico lugar, termina la Foz de Salinas y sus gigantescas paredes verticales, dando paso a un pequeño valle donde se encuentran las ruinas del pueblo viejo de Salinas.
Salinas Viejo de Jaca, es un asentamiento del siglo XII. Está ubicado en este difícil entorno debido a la existencia de una explotación de sal. La sal provenía de un pozo de agua salada, que desde hace más de mil años abastecía al Monasterio de Ruesta.
La sal llegó a tener en la antigüedad tan alto valor, que llegó a utilizarse como moneda de cambio. De hecho, la palabra "salario" proviene del antiguo imperio romano, donde muchas veces se hacían pagos a los soldados con sal, dado que una de las pocas maneras que se tenía de conservar la carne, era poniéndola en salazón.
La iglesia parroquial de Santa María Magdalena, es el edificio mejor conservado de esta antigua población. Data del siglo XVI, de estilo gótico aragonés, y cuenta con una nave y ábside poligonal cubiertos con bóveda de crucería. Vale la pena asomarse a su interior, pero con cuidado...
El pueblo sufrió en 1950 un corrimiento de tierra, lo cual provocó el traslado de la población a un nuevo asentamiento al que se denominó Salinas Nuevo de Jaca, situado junto a la carretera.
Tras un breve descanso, continuamos la marcha siguiendo las marcas de la PR.
Rodeados de pinos y bog, seguimos ascendiendo y empezamos a disfrutar de magníficas vistas de la Peña Oroel y los nevados picos del Pirineo.
Unos 40 minutos después de dejar Salinas Viejo, llegamos al collado de La Osqueta y final de nuestra ruta.
Este lugar es precioso: un largo pasillo de roca con impresionantes panorámicas a las dos vertientes.
En este bonito lugar aprovechamos a descansar un buen rato y a comer. También nos entretuvimos buscando fósiles incrustados en las rocas.
Y aquí acabó la excursión. Regresamos a Villalangua por el mismo camino por el que vinimos. Quizás otro día y con dos coches, continuemos hasta Agüero...
Fue un día perfecto.....
ResponderEliminarEl tiempo maravilloso, unos paisajes salpicados por cascadas, un verde intenso con infinidad de flores, unos peñascos que daban vértigo, los picos nevados al fondo y conmigo..... Tomas y Almudena....
Fue un día perfecto.....
Gracias Tomas!!!
Tú lo has dicho: ¡perfecto! :-)
EliminarBesos