Quinto día en Alpes. Hoy no madrugamos mucho, pues es jornada de descanso montañero y búsqueda de alojamiento en otro valle. Nos vamos a Lauterbrunnen, muy cerca de Interlaken.
Lauterbrunnen |
Después de recoger todo, nos despedimos de nuestras encantadoras casitas de madera y bajamos al pueblo a desayunar en la misma cafetería que hemos estado cenando estos dos últimos días.
Tenemos 115 kilómetros entre una población y otra, y muy pocos de ellos son por autovía. Cuando estamos a la altura de Kandersterg, el navegador del coche nos desvía a lo que creíamos que era un peaje de autopista. Tras pagar, vemos que hay una retención de coches y cual es nuestra sorpresa que nos dirigen para subir el vehículo a un tren. Se trata de un tren-ferry que nos llevará a Goppenstein.
Llegamos a Lauterbrunnen sobre la una. Atravesamos la población y nos dirigimos directamente al camping Junfrau, donde esperamos tener alojamiento en un bungalow. Aparcamos casi al pie de una impresionante cascada. Una de las 72 que cuenta esta población.
Este camping es sin duda el mejor que he visto en mi vida. Tiene una puntuación de 9,8 sobre 10. Nos dicen que hasta las 15:00 no hay nadie en recepción y que volvamos más tarde. Así que nos fuimos a comer a una hamburguesería.
Poco después de las 3, volvemos al camping y nos dan la triste noticia que está lleno todo. Tenemos sitio para plantar tienda de campaña y de hecho llevamos una enorme de Floren en el coche así como aislantes y sacos de dormir, pero este es el último recurso. Así que nos vamos a la oficina de turismo a pedir un listado de alojamientos baratos en la localidad.
Tras dos resultados infructuosos, al fin tenemos suerte. Se trata del Gästehaus im Rohr, una especie de albergue. El dueño, Hans, nos enseña las instalaciones y nos ofrece una habitación de cuatro camas con acceso a la enorme terraza del segundo piso.
Gästehaus im Rohr |
Hay un par de cuartos de baños comunes en cada planta y tenemos derecho a cocina así como a frigorífico. El caso es que está limpio y sobretodo muy bien de precio, así que no nos lo pensamos: pasaremos aquí las 3 próximas noches. Hans es muy amable, y nos cuenta con orgullo que la casa la construyó un antepasado suyo en 1780. La mayoría de los alojados aquí, son hombres-pájaro: jóvenes que practican el salto base. De hecho hay una pared llena con fotografías de personas que han fallecido haciendo salto base, entre ellos el español Álvaro Bultó, que murió en un accidente aquí, en Lauterbrunnen.
La iglesia desde nuestra terraza. |
Tras dejar los bultos, damos un paseo por el pueblo. Me encanta este sitio. J.R.R. Tolkien, se basó en esta localidad para crear Rivendell, la tierra de los elfos en el Señor de los Anillos, y no me extraña, porque parece un lugar mágico.
Así pintó Tolkien a Rivendell tras su paso por Lauterbrunnen. |
A las 8 de la tarde, Floren y Kike van a un pub cercano a nuestro alojamiento para ver el partido de fútbol que enfrentan a España e Irán en el Mundial de Rusia. Luis y yo, decidimos que iremos a ver la segunda parte y nos acercamos a la cascada Staubbach, a la que se puede acceder por detrás tras una buena subida.
Cascada Staubbach. |
Después del paseo acudimos con nuestros amigos al pub, donde tomamos unas cervezas y aprovechamos para cenar. Vimos la segunda parte del partido, pero muy discretamente, porque en un balón que rozó el poste grité el típico "¡huyyyy...!", y todo el pub se calló y se me quedó mirando...
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