sábado, 15 de octubre de 2022

GRUTA HELADA DE LECHERINES DESDE CANFRANC ESTACIÓN

 

Parte de mi familia asturiana ha venido a Canfranc para pasar unos días con nosotros en agosto, y Vicente me pide que prepare una ruta larga y con desnivel para hacer mientras los peques disfrutan de la piscina. Así que le sugiero ir a la Gruta Helada de Lecherines, pero en vez de hacerlo desde Canfranc Pueblo como hace la mayoría de la gente, propongo ir desde Canfranc Estación a través del Paso de los Sarrios.


Gruta Helada de Lecherines


Madrugamos bastante una mañana, y salimos del apartamento hacia el Paseo de los Ayerbe. Aproximadamente a la altura del Ayuntamiento, está el desvío hacia la Olla de Estiviellas por el Vivero de Secras que tomaremos.


 

Comenzamos caminando por suave pendiente, entre bosque y senderos horadados en la roca  hasta que llegamos al Vivero de Secras.



Continuamos ascendiendo y poco a poco el bosque se va abriendo, hasta que desaparece dejando sólo vegetación de alta montaña.



Ya en la Olla de Estiviellas y poco antes de llegar a la Fuente del Centenerio, hicimos una pequeña pausa para comer algo de fruta e hidratarnos, ya que a partir de aquí comienza la parte más dura del ascenso.

Fuente del Centenario


Aunque de vez en cuando vemos algunas marcas amarillas y blancas, el sendero no está bien definido. Así, que cansados de buscarlo, decidimos ir a "nuestra bola" ascendiendo a través de las piedras en busca del Paso del Sarrio.


Un curioso refugio bajo una enorme roca

Sin pausa pero a nuestro ritmo, continuamos subiendo dejando a nuestra derecha unas enormes mallas que hacen de contención antialudes.



 

Dejamos atrás la Olla de Estiviellas, y tras una buena subida llegamos al Refugio del Sarrio.




Aquí paramos un rato a descansar. El refugio está bastante bien conservado y limpio.

El que suscribe dentro del refugio

Desde el refugio vemos por dónde tenemos que continuar la ruta, y la verdad es que nos impresionó un poco, sobre todo la chimenea por la que teníamos que ascender, que desde allí parecía totalmente vertical...


A partir de aquí las marcas amarillas y blancas de la ruta, estaban más frecuentes señalando una senda de a veces unos pocos centímetros. Este tramo es el más duro físicamente y el más aéreo. Hay una zona equipada con unas sirgas que nos ayudan a progresar.


Poco antes de comenzar la chimenea, nos encontramos con unas preciosas edelweiss que nos alegraron la vista.


El ascenso por la chimenea fue durillo, teniendo que trepar a "cuatro patas" y, para colmo, evitando los bloques de hielo en los que se había convertido el granizo que cayó tres días antes.


Pasada la chimenea, un pequeño tramo de sirga y ya falta menos para cambiar de valle.


Por fin llegamos al Paso del Sarrio. Llevábamos 1000 metros de desnivel positivo. Allí nos dimos un "abrazo de cima", e inmediatamente comenzamos el descenso.

Vicente pletórico en lo más alto de la ruta

La bajada es a través de incómodas piedras que tenemos que atravesar con mucho cuidado para no caernos o evitar una torcedura de tobillo.



Entre tanta piedra, encontramos un fósil que según me contó posteriormente un amigo, se trataba de un coral Hexacoralario del Eoceno, de 55 millones de años. 


Continuamos bajando, y al cabo del rato nos desviamos a nuestra derecha para ir hasta la Gruta Helada de Lecherines. Nos abrigamos y entramos en ella esquivando los pequeños bloques de hielo que aún se conservaban.





Volviendo sobre nuestros pasos, llegamos de nuevo hasta la enorme pedrera, y continuamos el descenso hasta llegar a la Mallata del Lecherín Bajo, donde pudimos llenar nuestras botellas de agua y comer tranquilamente tumbados rodeados de vacas.




Tras el merecido descanso, seguimos las marcas rojas y blancas de la GR 11.1 que nos llevarán después de un largo pero precioso paseo hasta el Refugio de Gabardito.




Una breve pausa, y continuamos hasta Canfranc Pueblo donde nos vinieron a buscar en coche para subirnos a Canfranc Estación.

En total han sido casi 8 horas de ruta, con 1.000 metros de desnivel positivo y 1.150 negativo.






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lunes, 1 de noviembre de 2021

TOUR DEL MIDI D'OSSAU

 

Luis viene de Valencia y va camino del Pirineo en compañía de sus amigos Raúl, Guillermo y José Eugenio. A su paso por Zaragoza me llama para almorzar y vernos un rato. Quedamos en un bar restaurante de Cadrete, y me cuentan que han alquilado una casa de turismo rural en Biescas, y que desde allí harán diversas actividades montañeras durante varios días.

Una de ellas es la vuelta al Midi. Es un recorrido que no he hecho nunca y la verdad es que me apetece un montón, así que decido unirme a ellos el día que hagan esta actividad.

El pico de Midi d'Ossau, de 2.884 metros de altura, se encuentra en Francia a muy pocos km de distancia de la frontera con España.


El Midi D'Ossau desde los ibones de Ayous


Aún quedando lejos de los tresmiles de los Pirineos Centrales, su majestuosidad y sus características la hacen destacar entre las montañas más reputadas de la zona norte peninsular. Hay restos del magma de un antiguo volcán, en la chimenea ya desaparecida. Destaca entre las demás montañas por su color negro y su forma piramidal, incluso en invierno, al no permitir la acumulación de nieve debido a su verticalidad.

Quedamos en Biescas a las 7 de la mañana, y nos dirigimos con dos coches hacia el Parc National des Pyrénées, concretamente al Ibón de Bious-Artigues, donde hay un aparcamiento.




Comenzamos llaneando junto al lago, donde podemos ver a gente pescando desde las orillas. El día ha amanecido muy nublado y parecía que nos iba a caer un tormentón de un momento a otro, pero no sólo nos respetó, sino que hizo una temperatura magnífica. Eso sí, el sol no lo vimos en todo el día.

El equipo al completo iniciando la marcha


Lac de Bious Artigues

 
Al poco nos internamos en un bosque, donde empezamos a subir ligeramente.




Siguiendo el curso del río, llegamos al cabo de un rato a los llanos de Bious. Un lugar que me pareció precioso, y que es ideal par pasar una jornada con niños.




A partir de aquí, la mayoría de los excursionistas se desviaban a la derecha hacia los Ibones de Ayous. Nosotros, cruzamos el pequeño puente y continuamos internándonos en el valle hasta llegar a un desvío hacia la izquierda que según el GPS hemos de tomar.




A partir de aquí, comienza una dura pendiente que no dará tregua hasta llegar casi al Ibón de Peyreget. Una subida que a mí se me hizo eterna, pero que a mis compañeros de ruta les pareció un agradable paseo.

Una vez pasada la Cabane de Cap du Pount, hicimos una pequeña pausa para hidratarnos y comer algo.



Al cabo de otro buen repecho de subida, llegamos Lac de Peyreget (2.074 m.), a los pies de los picos Midi D'Ossau y Peyreget. 


Tras unas fotos, rodeamos el lago y comenzamos el ascenso entre los dos picos hacia el Col de Peyreget.




Tras una fuerte subida entre grandes piedras, llegamos al Col de Peyreget. El punto más alto de toda la ruta (2.320 m.).




Desde aquí, ya podemos divisar el Refugio de Pombie, y admirar las vistas con picos como el Lurien, Palas y Balaitus.

Comenzamos el descenso por sendero bien marcado, y pasando por pequeños lagos.




 

Ya divisábamos relativamente cerca el Refugio y el Lac de Pombie, pero decidimos dejarlos a nuestra derecha, y atravesar grandes piedras y sin camino definido, para unirnos más tarde al sendero que va desde el refugio hasta el Collado de Suzon.

Lago y Refugio de Pombie

Luis fotografiando marmotas


Tras una pausa en la que aprovechamos a comer, llegamos al Collado de Suzon. En este punto, es donde se inicia el ascenso al Midi D'Ossau.



Empezamos el descenso por la otra vertiente, siguiendo un muy marcado sendero, que baja por la derecha del valle de Magnabaigt. 





Bajamos siguiendo el sendero, flanqueando las laderas de la izquierda y dejando el valle a nuestra derecha.

Pasamos un desvío que señala una cabaña donde venden queso, siguiendo la indicación "Bious-Artigues" que va girando hacia la izquierda. 



Un largo descenso por un espeso bosque acaba finalmente en el aparcamiento del lago. 





Al final hemos hecho unos 18 km, con un desnivel positivo de 1.125 m, y otros tantos negativo. 

Tras coger los coches, nos dirigimos hasta Escarrilla donde disfrutamos de unas merecidas cervezas en una terraza.

De allí, mis compañeros de ruta volvieron a Biescas y yo a Zaragoza.