Parte de mi familia asturiana ha venido a Canfranc para pasar unos días con nosotros en agosto, y Vicente me pide que prepare una ruta larga y con desnivel para hacer mientras los peques disfrutan de la piscina. Así que le sugiero ir a la Gruta Helada de Lecherines, pero en vez de hacerlo desde Canfranc Pueblo como hace la mayoría de la gente, propongo ir desde Canfranc Estación a través del Paso de los Sarrios.
Gruta Helada de Lecherines |
Madrugamos bastante una mañana, y salimos del apartamento hacia el Paseo de los Ayerbe. Aproximadamente a la altura del Ayuntamiento, está el desvío hacia la Olla de Estiviellas por el Vivero de Secras que tomaremos.
Comenzamos caminando por suave pendiente, entre bosque y senderos horadados en la roca hasta que llegamos al Vivero de Secras.
Continuamos ascendiendo y poco a poco el bosque se va abriendo, hasta que desaparece dejando sólo vegetación de alta montaña.
Ya en la Olla de Estiviellas y poco antes de llegar a la Fuente del Centenerio, hicimos una pequeña pausa para comer algo de fruta e hidratarnos, ya que a partir de aquí comienza la parte más dura del ascenso.
Fuente del Centenario |
Aunque de vez en cuando vemos algunas marcas amarillas y blancas, el sendero no está bien definido. Así, que cansados de buscarlo, decidimos ir a "nuestra bola" ascendiendo a través de las piedras en busca del Paso del Sarrio.
Un curioso refugio bajo una enorme roca |
Sin pausa pero a nuestro ritmo, continuamos subiendo dejando a nuestra derecha unas enormes mallas que hacen de contención antialudes.
Dejamos atrás la Olla de Estiviellas, y tras una buena subida llegamos al Refugio del Sarrio.
Aquí paramos un rato a descansar. El refugio está bastante bien conservado y limpio.
El que suscribe dentro del refugio |
Desde el refugio vemos por dónde tenemos que continuar la ruta, y la verdad es que nos impresionó un poco, sobre todo la chimenea por la que teníamos que ascender, que desde allí parecía totalmente vertical...
A partir de aquí las marcas amarillas y blancas de la ruta, estaban más frecuentes señalando una senda de a veces unos pocos centímetros. Este tramo es el más duro físicamente y el más aéreo. Hay una zona equipada con unas sirgas que nos ayudan a progresar.
Poco antes de comenzar la chimenea, nos encontramos con unas preciosas edelweiss que nos alegraron la vista.
El ascenso por la chimenea fue durillo, teniendo que trepar a "cuatro patas" y, para colmo, evitando los bloques de hielo en los que se había convertido el granizo que cayó tres días antes.
Pasada la chimenea, un pequeño tramo de sirga y ya falta menos para cambiar de valle.
Por fin llegamos al Paso del Sarrio. Llevábamos 1000 metros de desnivel positivo. Allí nos dimos un "abrazo de cima", e inmediatamente comenzamos el descenso.
Vicente pletórico en lo más alto de la ruta |
La bajada es a través de incómodas piedras que tenemos que atravesar con mucho cuidado para no caernos o evitar una torcedura de tobillo.
Entre tanta piedra, encontramos un fósil que según me contó posteriormente un amigo, se trataba de un coral Hexacoralario del Eoceno, de 55 millones de años.
Continuamos bajando, y al cabo del rato nos desviamos a nuestra derecha para ir hasta la Gruta Helada de Lecherines. Nos abrigamos y entramos en ella esquivando los pequeños bloques de hielo que aún se conservaban.