Otra salida con el Club de Montaña Aventuras Trepakabras. Huyendo del cierzo que sopla con fuerza en Zaragoza y nos deja helados, nos dirigimos hacia la provincia de Teruel, a Albalate del Arzobispo, en la comarca del Bajo Martín.
Allí realizaremos una ruta muy guapa que combina el senderismo con las ferratas e incluso la espeleo.
A los senderistas del Club les echaba atrás la idea de que había que realizar una ferrata sí o sí para hacer la circular; y a los ferrateros, les debe saber a poco que la ferrata sea de categoría K-1... Así que sólo cuatro personas nos animamos a esta salida: Pilar, Cristina, Antonio (el presi) y yo.
Para dirigirnos al inicio de la ruta desde Albalate del Arzobispo, cogemos la carretera A-223 dirección a Andorra y a la altura del kilómetro 25, sale una pista a mano derecha indicada con una señal marrón que reza "Barranco de Valdoria y cueva Negra". La pista está muy bien y es apta para todo tipo de vehículos, así que la continuamos durante unos 2 km hasta que termina en un pequeño parking para unos 5 ó 6 coches. Hay indicaciones en cada cruce, por lo que no hay problema para llegar al punto de salida de la excursión.
Tras prepararnos el equipo, iniciamos la marcha por un sendero que sale al lado del parking. Al poco, encontramos el primer desvío:
Nosotros vamos a la izquierda. En cuanto tomamos la variante, el sendero cambia por completo, y comenzamos a ganar altura de forma progresiva. El día ha amanecido expectacular, y empiezamos a quitarnos capas de ropa.
Continuamos caminando entre pinos, hasta llegar a una impresionante formación rocosa conocida como Rincón del Gorgo. Aquí comienza un camino equipado con sirgas que nos sirven de agarradero cuando nos internamos por el interior de una gruta, formada por el desplazamiento de varias paredes de roca a la cual accedemos descendiendo por un tramo de escaleras. En el interior tuvimos que encender el frontal.
Salimos de la caverna, subiendo por otro tramo equipado de escaleras y sirga, caminamos unos metros, y llegamos a otro paso espectacular, ya que el sendero discurre entre dos paredes de roca, con algunos tramos tan estrechos que no necesitamos extender nuestros brazos para tocar ambas paredes.
Continuamos la marcha por el camino equipado, descendiendo por el interior de un pinar hasta enlazar de nuevo con el cauce seco del barranco de Valdoria, por el que seguimos hasta los depósitos, construidos en 1913.
Seguimos caminando y llegamos a una zona inundada que sortearemos pasando por debajo de una gran roca.
A continuación salvamos un tramo de escalera...
A continuación salvamos un tramo de escalera...
...que nos lleva a los pies de una presa de unos 15 metros de altura y equipada con grapas. La distancia entre grapas es buena, y además hay escalones que facilitan la subida. Se echa de menos el cable de vida; aunque la caída es difícil que se produzca, no vendría mal que lo colocasen. Hemos visto cable en zonas mucho menos expuestas.
Una vez arriba de la presa, vemos el pequeño embalse construido en 1960 para aprovechar la cola de agua del barranco de Valdoria.
Aquí nos colocamos el equipo, y ¡comienza la vía ferrata Barranco de Valdoria!
Comienza por un flanqueo ascendente sobre el embalse, por una pared poco inclinada. Poco a poco va ganando en verticalidad y altura.
Es muy cortita. Muy apta para principiantes (K-1) como es el caso de Pilar y Cristina, que la disfrutaron de principio a fin, y se quedaron con ganas de más.
Al final de la ferrata, la ruta nos ofrece dos opciones, una hacia la Cueva del Huerto y otra hacia la Cueva Negra. Primero decidimos acercarnos a la Cueva del Huerto, por lo que nos desviamos hacia nuestra izquierda, por un sendero que nos lleva bordeando el embalse por su parte superior.
Al final del camino llegamos a un paso equipado primero con sirga y después con una larga escalera, que nos deja en la Cueva del Huerto, donde nos adentramos unos metros.
Tras un rato de descanso, volvemos sobre nuestros pasos hasta el desvío que se encuentra en el final de la ferrata, y tomamos el sendero hacia el mirador La Silleta y la Cueva Negra.
El sendero en este tramo es algo estrecho y nos lleva en una ligera subida, después de realizar varios zig-zags, enlazamos con una pista amplia que va entre medio de un pinar. A los pocos metros tomamos otra pista rodada con muy buen piso que sale a nuestra derecha y por la que continuamos tan solo unos quinientos metros, ya que justo cuando esta se encuentra asfaltada, la dejamos y nos desviamos de nuevo a mano derecha, donde en un par de minutos llegamos hasta el mirador.
Desde aquí se obtiene una buena panorámica de la zona, con la sierra de Arcos, Albalate del Arzobispo y a lo lejos se pueden ver las chimeneas de la central de Andorra.
Desde el mirador, retrocedemos hasta el desvío y vamos rumbo hacia la Cueva Negra. Giramos a la derecha, y comenzamos a descender por un sendero que nos lleva por el interior de un espeso pinar. Cuando este se abre, el sendero se convierte en una amplia pista rodada.
En unos 45 minutos llegamos.
Después de reposar un rato la comida, completamos la ruta circular yendo en busca del coche con la ayuda del GPS.
Aquí nos colocamos el equipo, y ¡comienza la vía ferrata Barranco de Valdoria!
Comienza por un flanqueo ascendente sobre el embalse, por una pared poco inclinada. Poco a poco va ganando en verticalidad y altura.
Es muy cortita. Muy apta para principiantes (K-1) como es el caso de Pilar y Cristina, que la disfrutaron de principio a fin, y se quedaron con ganas de más.
Al final de la ferrata, la ruta nos ofrece dos opciones, una hacia la Cueva del Huerto y otra hacia la Cueva Negra. Primero decidimos acercarnos a la Cueva del Huerto, por lo que nos desviamos hacia nuestra izquierda, por un sendero que nos lleva bordeando el embalse por su parte superior.
Viendo el recorrido de la ferrata desde la otra parte superior del barranco. |
Al final del camino llegamos a un paso equipado primero con sirga y después con una larga escalera, que nos deja en la Cueva del Huerto, donde nos adentramos unos metros.
Tras un rato de descanso, volvemos sobre nuestros pasos hasta el desvío que se encuentra en el final de la ferrata, y tomamos el sendero hacia el mirador La Silleta y la Cueva Negra.
El sendero en este tramo es algo estrecho y nos lleva en una ligera subida, después de realizar varios zig-zags, enlazamos con una pista amplia que va entre medio de un pinar. A los pocos metros tomamos otra pista rodada con muy buen piso que sale a nuestra derecha y por la que continuamos tan solo unos quinientos metros, ya que justo cuando esta se encuentra asfaltada, la dejamos y nos desviamos de nuevo a mano derecha, donde en un par de minutos llegamos hasta el mirador.
Desde aquí se obtiene una buena panorámica de la zona, con la sierra de Arcos, Albalate del Arzobispo y a lo lejos se pueden ver las chimeneas de la central de Andorra.
Al fondo,en el círculo rojo, la central térmica de Andorra. |
La misma foto ampliada. |
En el mirador La Silleta. |
Desde el mirador, retrocedemos hasta el desvío y vamos rumbo hacia la Cueva Negra. Giramos a la derecha, y comenzamos a descender por un sendero que nos lleva por el interior de un espeso pinar. Cuando este se abre, el sendero se convierte en una amplia pista rodada.
En unos 45 minutos llegamos.
Eran ya las 2 de la tarde, hora de comer, así que nos cobijamos a la sombra de un olivo y dimos buena cuenta de los bocadillos...
Después de reposar un rato la comida, completamos la ruta circular yendo en busca del coche con la ayuda del GPS.