sábado, 10 de octubre de 2020

GR24 POR JARABA

 

Nueva salida con el Club de Montaña Aventuras Trepakabras. En un principio se  propone una ruta por el GR15 atravesando los pueblos pirenaicos de Ansó, Fago y Algarieta, pero la previsión meteorológica anunciaba fuertes precipitaciones en forma de lluvia e incluso posiblemente nieve por la zona. Así que cambiamos el destino hacia el Sistema Ibérico, concretamente a Jaraba, donde realizaremos una ruta circular por el GR24.1 y GR24.

Jaraba desde el segundo mirador

Salimos de Zaragoza sobre las 7:45 de la mañana, 24 montañeros del Club en un autobús de 50 plazas. Previamente se nos había tomado la temperatura, desinfectado las manos y recordado la prohibición de quitarse la mascarilla durante el viaje siguiendo el protocolo sanitario. Un auténtico coñazo. Pero es lo que hay.

Tras una breve parada en una estación de servicio para tomar café, llegamos a Jaraba y dejamos el autobús junto al balneario Sicilia, muy cerca del inicio de la ruta. Cruzamos el puente sobre las trasparentes aguas del río Mesa, y bordeando los edificios del balneario y de una embotelladora de agua, llegamos al inicio de la ruta: un sendero en forma de escalones con  barandilla de madera que asciende por el cortado rocoso hasta un primer mirador sobre el río cuya temática se centra en el bosque de ribera.

A continuación abandonamos a la izquierda, un sendero sin apenas desnivel que discurre por encima de los paseos del balneario Serón, y tomamos una trocha pedregosa por suelo de caliza y ambiente estepario, en fuerte pendiente, que nos lleva en unos minutos hasta el segundo de los miradores, con unas preciosas vistas de Jaraba.


Continuamos por la derecha, por una senda ascendente en zigzag que transcurre entre dos hileras de piedras, y en aproximadamente 20 minutos llegamos a la cima,  donde nos encontramos con unas impresionantes vistas y un panel informativo que nos ayuda a interpretar la panorámica de 360 grados que se extiende  a nuestros pies, dominada por un paisaje raquítico, al que se aferran las sabinas negras y en el que se hunden los estrechos abiertos por el río Mesa y otros barrancos. El mirador de La Pedriza en el punto más elevado de este paraje (975 m), donde se aprecia todas las sierras más importantes del Sistema Ibérico zaragozano. Aquí nos abrigamos por el fuerte aire que soplaba, y esperamos a reunirnos todos pues la fuerte subida hizo que el grupo se estirara bastante.



Tras unas fotos y algún tentempié, continuamos la marcha ahora en ligero descenso que, al igual que la subida, se realiza por un terreno dominado por cascajo. Un amplio campo de almendros anuncia la llegada de una zona de cultivos, con campos de cereal, yermos y barbechos. Después de dejar una paridera en ruinas a la izquierda, se bordean algunos bancales, se enlaza con una pista  y un poco más adelante aparece a la derecha el desvío por el GR24.1 que seguiremos, dejando la pista principal que continúa el recorrido circular de la Pedriza.




A partir de este momento, el itinerario alterna tramos de pista forestal y sendero,  en el que todos los cruces permanecen muy bien señalizados y es fácil el seguimiento de la ruta. Bordeamos un pequeño barranco y alcanzamos una pista. Tras caminar 900 m por ella la abandonamos para continuar por un sendero a la derecha que desciende junto al Vallejo de la Umbría, desembocando en el barranco de la Hoz Seca.



Continuamos la marcha por este paraje encajado entre paredes verticales, que seguimos aguas abajo. Llegamos a un desvío que nos indicaba que hacia la izquierda, asciende un sendero que lleva hacia las pinturas rupestres de Roca Benedí, de estilo levantino y de unos 7000 años de antigüedad. Aquí el grupo se dividió en dos: unos subieron la fuerte pendiente para disfrutar de las pinturas rupestres, y el resto se quedó junto al desvío descansando o admirando los interesantes conjuntos de apriscos pastoriles  y antiguas caleras que había por las cercanías.






Al cabo de media hora, nos volvemos a reunir y recorremos juntos los kilómetros que nos quedan de angosto barranco de paredes calcáreas. Pasamos bajo el Santuario de la Virgen de Jaraba, que está ubicado en un entorno natural privilegiado, en el saliente en una de las paredes que forman el Barranco de la Hoz Seca. Estaba cerrado y muchos nos quedamos con las ganas de visitarlo.






Al poco llegamos a la embocadura de la Hoz Seca. Eran ya las 2 de la tarde y decidimos que era un buen sitio para comer. 



Tras dar buena cuenta de los bocadillos y hacernos unas fotos de grupo, nos ponemos de nuevo en marcha. Ya no queda mucho para llegar al punto de partida, y el tramo que resta hasta Jaraba lo realizamos al pie de la espectacular Peña Palomera, por los arcenes de la carretera y paseos ribereños acondicionados para el caminante. Pasamos junto al balneario de La Virgen y al rato llegamos de nuevo al balneario Sicilia, donde estaba nuestro autobús.



Allí nos cambiamos de ropa y calzado, y muchos aprovecharon que estábamos junto a la orilla del río para refrescar los pies. Después fuimos a la terraza del bar del pueblo, donde entre risas, cervezas, cafés y refrescos, comentamos la jornada, intercambiamos fotos con el móvil, nos pusimos al día de nuestras vidas,  y arreglamos el mundo.

Sobre las 5 de la tarde, partíamos en el autobús de regreso a Zaragoza.









sábado, 4 de julio de 2020

DE SANTA ELENA AL REFUGIO DE PLAN DE USABAS


Continúan las ganas de salir de la ciudad y aprovechando mis vacaciones, me desplazo hacia el Valle de Tena con Fernando, un amigo con el que hacía mucho que no coincidía en una salida al Pirineo.

Nuestro objetivo es llegar al Refugio de Usabas, situado en el Pirineo Central, ubicado en la vertiente Sur de la Sierra de Partacua.




Quedamos a las 7 de la mañana, y tras un tranquilo viaje llegamos a Biescas. Continuamos 4 kilómetros más, y vemos el desvío hacia la Ermita de Santa Elena. Allí se puede dejar el vehículo, pero nosotros aparcamos junto a la fuente, ya que teníamos que llenar las botellas de agua.

Comenzamos a caminar dejando Santa Elena a nuestra derecha.


Iniciamos la marcha por la carretera, y a unos 100 metros nos desviamos a la izquierda por una pista que a los 5 minutos se convierte en senda.



Caminamos entre bosque en constante ascenso. Hacía una temperatura magnífica para caminar.




Al cabo de una hora más o menos, el sendero nos deja por primera vez en la pista forestal que accede al Puerto de Biescas.




Caminaremos durante unos metros por ella en sentido ascendente hasta que un mojón de piedras sobre nuestra izquierda nos indica la continuación del camino. Poco después el camino nos dejará de nuevo en esta pista y deberemos buscarlo una vez más por el otro lado. Ahora la pista forestal asciende mediante curvas y contracurvas, mientras que el camino la cruza en repetidas ocasiones con un trazado más suave.



Al cabo de un buen rato, el paisaje se va abriendo y llegamos al refugio del Barranco del Puerto. Un refugio libre enclavado en un precioso lugar.



Tras una pausa para hidratarnos y comer frutos secos, continuamos caminando por la pista. Nada más cruzar el río, y donde se supone que tendría que haber unos hitos (los colocamos nosotros a la vuelta), giramos a la derecha.



Nos adentramos en el valle paralelos al río, ascendiendo progresivamente a media ladera hasta alcanzar de nuevo la pista forestal en su último tramo.  Poco después ésta se transforma definitivamente en camino de herradura, cerca del fondo del valle. Una vez en su mismo fondo llegamos a un escondido llano conocido como Plan d'Usabas, donde se asienta un buen y sólido refugio que toma este mismo nombre.



Aquí decidí que acababa mi excursión. Llevábamos ya 700 m. de desnivel positivo, y estaba en un entorno tan maravilloso que decidí quedarme a tomar el sol y a escuchar las marmotas.

Desde la puerta del refugio

Un selfie


Si bien el refugio no está en perfectas condiciones higiénicas de habitabilidad, la pradera ofrece un sitio ideal para acampar y afrontar desde aquí ascensiones a distintas cumbres de la Sierra de Partacua como Peña Telera (2764 m.), Peña Retona (2721 m.), Corona del Mallo (2541 m.), Cavichirizas (2657 m.), Cima Capullo (2567 m.), El Triptico (2612 m.), El Pabellón (2660 m.) y Puerto Rico (2704 m.). 

Mi amigo Fernando decidió que quería subir más, y mientras yo me tumbaba para tomar el sol, él continuó ascendiendo e hizo estas preciosas fotos:







Cuando volvió al refugio, comimos tranquilamente. Luego volvimos sobre nuestros pasos hasta Santa Elena a por el coche. 















lunes, 8 de junio de 2020

VUELTA A LA "NORMALIDAD": ¡A RIGLOS!


"Quién me ha robado el mes de abril" diría Sabina. Y yo añado ¿y el de mayo? ¿y marzo? Pues un puñetero virus que se ha llevado ya la vida de 400.000 seres humanos, entre ellos más de 27.000 españoles, según cifras oficiales a fecha de hoy.

Pero Aragón, mi comunidad, ha entrado hoy en Fase-3, lo que quiere decir que ya podemos movernos entre provincias. Y yo no me quedo en casa. Aprovechando que estoy de vacaciones, me marcho a Riglos a hacer una buena pateada, que ya estoy harto de caminar por la ciudad, y más con la incómoda mascarilla.

¡Comenzando a caminar!


He madrugado para asegurarme que mi hija se despertaba a las 7, pues a las 8 tenía un examen de la Universidad, bueno, "tele examen on-line". He preparado el bocadillo y un par de piezas de fruta, y rumbo a la provincia de Huesca (por fin...).

El río Gállego con Peña Rueba al fondo.


He echado gasoil en una estación de servicio en la que suelo parar, porque tiene cafetería-restaurante y siempre tomo ahí un café cuando voy hacia el Pirineo. Peeero, no he podido tomármelo porque no llevaba mascarilla, se me había olvidado en casa.
- Eh caballero, no puede entrar a la cafetería sin mascarilla -me dice el gasolinero-.
- ¡Pero si nadie lleva mascarilla dentro del bar! Están todos bebiendo o comiendo.
- Hace falta mascarilla para entrar. Luego si quiere se la quita.
- Vale,vale, me marcho. Pero para cobrarme el gasoil, parece que no le ha importado tanto que no la llevara...

Cruzando las vías del ferrocarril.


Tras un rato de coche, por fin llego a mi querido Riglos, en la que tantas leyendas montañeras han escalado por sus Mallos. Sin café, pero con unas ganas terribles de ponerme a andar.

Llegando al Embalse de La Peña.


De hecho, tenía tanto "mono" de andar, que he eligido la ruta más larga que conozco por allí: de Riglos al pantano de la Peña por la pardina de Carcavilla, de ahí a la foz de Escalete, la pardina de Escalete, Circo de los Mallos, y vuelta al pueblo de Riglos pasando entre los Mallos Pisón y Firé. Unas cinco horitas y media de trekking.

Foz de Escalete.

Ruinas de la pardina de Escalete.


Ha hecho un día perfecto para andar: mucho sol y algo de aire. Cuando he salido del coche el termómetro marcaba 12º, y he empezado a caminar con una sudadera, pero enseguida me la he quitado. He realizado todo el recorrido en pantalón corto y camiseta, y a ratos incluso sin camiseta.

Al fondo de divisa Peña Oroel y cumbres nevadas del Pirineo.


Se notaba que hacía mucho tiempo que nadie pasaba por esos caminos. Las zarzas y la maleza me han dejado las piernas con arañazos. Pero estaba precioso. Todo verde, verde. Y el Pantano de La Peña a tope de agua. Si está así el Prepirineo, no quiero imaginar cómo estará el Pirineo de bonito. ¡Qué ganas de ir!

Mallos Pisón y Firé

Llegando a Riglos de nuevo.






ENTRADAS RELACIONADAS:







viernes, 22 de mayo de 2020

LA RUNA DORADA


A lo largo de estos años, os he hablado través de éste blog de vías ferratas, ascensiones, andadas populares, rutas senderistas, travesías... y también de libros: literatura, guías, relatos cortos... todo relacionado siempre con la montaña. Pero nunca os había hablado de uno que para mí es muy especial: el mío.

Se titula La Runa Dorada, y lo escribí hace ya años. Desde que era crío había oído ese dicho según el cual, en esta vida, hay que realizar tres cosas antes de irte "al otro barrio" para poder decir que has pasado por este mundo dejando un legado: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Cuando nació mi hija Almudena yo contaba con 31 años y, decidí que cumpliría con las otras dos consignas antes de los 40. Y lo hice. Conseguí publicar el libro como una o dos semanas antes de cumplirlos (como buen español, todo en el último momento). 
Pero hace poco, leí en un blog algo que me hizo pensar: A un hijo hay que criarlo, alimentarlo, vestirlo y educarlo, no basta tenerlo. A un árbol hay que regarlo, abonarlo, cuidarlo, no basta sembrarlo. Y al libro hay que estudiarlo, corregirlo, editarlo, publicarlo y encontrarle lectores, no basta escribirlo. 
Así que he vuelto retomar la ilusión por éste libro: he recuperado todos los derechos de la novela (los vendí en 2013), he reescrito algunos capítulos con los que no estaba del todo satisfecho, y lo he vuelto publicar.






La Runa Dorada es una novela de aventuras y misterio enmarcada en un ambiente contemporáneo, con unos personajes que podríamos ser nosotros mismos, y en un entorno que transcurre principalmente tanto en mi ciudad (Zaragoza) como en el Pirineo Aragonés. Aunque es una novela con trama y personajes de ficción, los hechos históricos que se mencionan son rigurosamente ciertos, fruto de un largo proceso de documentación. 

Con su lectura, os sumergiréis en las peripecias que sufre Andrés al descubrir en las inmediaciones del monasterio de San Juan de la Peña, un extraño objeto de oro junto a un cadáver. La búsqueda del origen de su hallazgo, se convertirá en una obsesión que le llevará a recorrer en peregrinación el Camino de Santiago, e iniciar una investigación que transcurrirá desde la Edad Media hasta la II Guerra Mundial. Pasión y amistad, se mezclan con robos, muertes y traiciones, en una trama que os enganchará desde sus primeras páginas hasta el final.



Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca).


Está disponible en Amazon, tanto en formato digital como en papel (tapa blanda). Me encantaría leer vuestras críticas y comentarios.

Os dejo a continuación los enlaces:


Ebook

domingo, 23 de febrero de 2020

COLL DE BIOUS DESDE EL PORTALET CON RAQUETAS


Nueva salida con los compañeros del Club de Montaña Aventuras Trepakabras, y mi primera "raquetada" del año. Salimos de Zaragoza en un autobús, unas 30 personas entre las que se encontraba mi hermana Pilar, que vino de propio desde Madrid para la ocasión.



La meteo anunciaba un día magnífico, así que no paramos ni a tomar un café porque se preveía una masiva afluencia de esquiadores que querían aprovechar los últimos coletazos de la temporada. Y en efecto así fue: desde Biescas prácticamente fuimos en caravana.

Tras una breve parada en Escarrilla donde alquilaron raquetas algunas personas que no pudieron hacerlo en Zaragoza, llegamos al Portalet donde nos estaba esperando Lorenzo, un guía profesional que contrató el Club.

Calzandonos las raquetas

Lorenzo explicando la ruta a seguir

Pasamos la frontera, caminamos un par de minutos por la carretera, y enseguida la abandonamos y nos pusimos las raquetas. El guía comentó la ruta que íbamos a hacer y explicó unas nociones básicas para los novatos en este deporte. 

Comenzamos a subir



Ésta es una zona bastante conocida para practicar este deporte, así que nos encontramos con varios grupos.




Se trata de una ruta bastante apta para cualquier raquetista. A nosotros nos salió al final un desnivel acumulado de 623 m. y una distancia 13,7 km. 







Desde el collado, disfrutamos de una magníficas vistas del Midi d'Ossau, Bious, Pico del Monge...




Tras un rato disfrutando de las vistas, comenzamos a descender hasta llegar a un sitio abrigado y donde nos pudiéramos sentar para comer.


Allí, nuestro guía Lorenzo aprovechó para darnos unas nociones de manejo del ARVA (Aparato de Rescate de Víctimas de Avalanchas).




De allí fuimos en un rápido descenso hasta el punto de partida. Tras recoger las mochilas y las raquetas en el autobús, nos tomamos una cerveza en un bar del Portalet antes de poner ruta hacia Zaragoza. 

Mi hermana y yo





Os dejo un enlace a la web de nuestro guía. Un profesional muy recomendable: