Nuevamente vuelvo a mis orígenes senderistas con el Camino de Santiago. Esta vez lo realicé por el portugués en compañía de mi buen amigo valenciano Floren. Un recorrido totalmente nuevo para mí. Y me gustó. Mucho.
Tras quedar en Madrid y pasar noche en casa de mi hermana, nos trasladamos a Valença do Minho (Portugal), muy cerca de la frontera con España. Y allí comenzamos a cubrir los 120 km que nos separaban de Santiago.
Dividimos el recorrido en 5 jornadas:
1.- Valença do Minho - Redondela (36 km).
2.- Redondela - Pontevedra (20 km).
3.- Pontevedra - Caldas de Reis (23 km).
4.- Caldas de Reis - Escravitude (26 km).
5.- Escravitude - Santiago de Compostela (15 km).
Han sido unos días magníficos. No nos llovió ni una sola jornada. Llegamos a caminar en manga corta a pesar de estar en pleno noviembre.
La mayoría del recorrido, transcurre por la Vía XIX, una calzada romana de la época de César Augusto, que unía las ciudades de Bracara Augusta (Braga), Ponte de Lima, Tude (Tuy), Turoqua (Pontevedra), Aquis Celenis (Caldas de Reis), Iria, Martiae, Lucus Augusti (Lugo) y Asturica Augusta (Astorga).
Disfrutamos de los senderos apenas transitados, de los paisajes, de la hospitalidad gallega, pero también de la gastronomía: pulpo, mejillones, empanada, queso, pimientos de Padrón, Ribeiro, orujo... Una maravilla para el paladar.
Si he de destacar algo de lo que he visto, me quedo con Pontevedra. Me sorprendió muy gratamente. Tuvimos la suerte de que un amigo de Floren que trabaja allí, nos hiciera de guía. Es una cuidad muy pequeñita, pero es preciosa. Sin duda volveré.
Y si he de poner algún "pero", se lo pondría a las ampollas. Esas fieles compañeras del peregrino, que se adhieren a los pies del caminante para hacer de la marcha una penitencia... Y no lo digo por mí, que tuve suerte, pero mi pobre compañero de viaje acaparó con todas: las suyas, las mías y las de otros diez o doce más.
La última jornada fueron sólo de 15 km. La habíamos planeado así para llegar pronto a Santiago. Madrugamos bastante y caminamos con los frontales. Al llegar a la catedral, nos abrazamos como si hubiéramos alcanzado la cima de una gran montaña. La sensación fue la misma. ¡Qué pena que la catedral esté en obras...!
El Camino de Santiago tiene algo especial. Como ya comenté en la entrada ¡BUEN CAMINO!, no hay mejor lugar para pensar, conocer a gente, practicar idiomas, enriquecerse culturalmente, y como no, hacer deporte.
Os dejo este vídeo de Alanis Morissette sobre la banda sonora de la película El Camino (The Way). Disfrutadlo. Quizás exprese mejor lo que os intento decir:
Gracias Floren por tu compañía.