Primer día en Alpes. Salimos el día anterior de Valencia Luis, Floren, Kike y yo a las 6:15 de la mañana, y tras 1217 km y alguna que otra parada para comer y echar gasoil, llegamos a Les Contamines a las 20:00.
Pasamos noche en el Chalet des Contamines, un refugio que gestiona la Federación Francesa de Clubs Alpinos y de Montaña.
Chalet des Contamines |
Tras descargar del coche únicamente los enseres de aseo y los sacos de dormir, nos fuimos al pueblo a cenar en una pizzería. Compartimos habitación junto a otras 4 personas. A excepción de nosotros, la gente que pasa noche aquí, hace el Tour del Mont-Blanc. Se trata de un trekking espectacular que se extiende alrededor del macizo del Mont Blanc, a través de territorio italiano, suizo y francés.
Al día siguiente tras desayunar, preparamos las mochilas con material (crampones, piolet, arnés, cuerda...) además de prendas y utensilios para pasar una noche fuera. Nuestro plan es dormir en el Refugio des Conscrits, y mañana hacer cima en el Aiguille de la Bérangère (3.425m) y volver a Les Contamines.
Luis y Floren preparando su material junto al coche |
Una vez listos, nos dirigimos hacia el parking que hay junto a la iglesia Notre Dame de la Gorge, a unos 5 km. Nos ponemos las mochilas, y a caminar. Estamos 1.100 metros de altitud.
Cruce de caminos. |
Notre Dame de la Gorge. |
La ruta comienza por una pista en muy malas condiciones y con fuertes pendientes, pero que no parecen importar a los enormes y potentes vehículos todo-terreno que nos adelantan. Poco a poco se suaviza y convierte en sendero.
Tras un buen rato de subida, y 870 metros de desnivel positivo, vemos el Refugio de Tré-la-Tête, donde tomaremos una cervecita fresca y comeremos algo de nuestras viandas.
Tras el descanso, llenamos las botellas en una fuente del refugio, y continuamos subiendo.
Al kilómetro aproximadamente, el paisaje cambia por completo: desaparece la vegetación y, ante nosotros aparecen dos paredes de roca enorme y, en medio, bajo las piedras y gravilla, un glaciar.
Estoy disfrutando como un enano. Nunca había caminado tanto sobre un glaciar. No hacen falta los crampones, ya que la nieve estaba blanda, y las piedras impedían pisar directamente sobre el hielo. Las grietas que veíamos parecían no tener fin, y se tragaban cualquier piedra que caía en su interior.
A 2.250 metros hacemos una parada a petición de Floren, y nos comunica que no se encuentra bien y que se da media vuelta. Propone retroceder él sólo hasta el refugio donde hemos comido, pasar noche y esperarnos allí hasta que lleguemos de la cima del Aiguille de la Bérangère. Por supuesto eso es algo inaceptable para nosotros tres. Tras un rato de deliberación, decidimos que yo me vuelvo con Floren, hacemos reserva de cena y cama para los cuatro en el refugio Tré de la Tête, mientras Luis y Kike van hasta el de Conscrits a cancelar la reserva y vuelven a bajar.
"Estoy malito..." |
De vuelta al refugio |
Había bastante gente en el refugio, pero tuvimos suerte y no hubo problemas de alojamiento ni de cena, aunque sí lo hubo para encontrar zapatillas de nuestro número (de hecho las llevábamos desparejadas).
Floren y yo nos aseamos y nos tomamos algo en el bar. Al poco comenzó a llover, e imaginamos que Luis y Kike pasarían noche en el refugio de Conscrits. Cuando estábamos a mitad de la cena compartiendo mesa con una pareja inglesa muy maja, llegaron al fin.
Luis contándome su travesía de ida y vuelta |
Tras la cena nos retiramos pronto a la enorme habitación que compartiríamos con unas veinte personas más...