Sigo por Madrid, y hoy haremos un trekking por la Sierra de Guadarrama. Pilar, Angel y yo, madrugamos una mañana de sábado para poder aparcar en el parking que hay junto al hotel del Valle de la Barranca muy cerca del embalse, ya que esperamos mucha afluencia de vehículos.
Los tres, listos para comenzar la excursión. |
Efectivamente, todos los aparcamientos estaban a tope. Tuvimos suerte y pudimos dejar el coche en el más cercano a la barrera que impide el paso a motor a la pista forestal. Nos calzamos las botas y ¡a caminar!
Estamos a 1.157 m. de altura y comenzamos entre bosque. En media hora de caminata a un paso tranquilo, hemos llegado hasta el Área Recreativa de Las Vueltas, justo a la altura del Parque de Aventuras en los Árboles de Pino a Pino. Quince minutos más de paseo por la pista nos llevan a la primera bifurcación del camino, una senda que, entre altos pinos, corta las zetas de la pista de tierra en dirección norte hasta alcanzar la Fuente de Mingo (o del Molinillo). Una parada rápida para refrescarnos y llenar las botellas, y a continuar.
Se continúa por la pista, en dirección noreste, y cuando la misma toma de nuevo orientación noroeste en dirección hacia las ruinas del Sanatorio del Guadarrama hay que desviarse por un sendero de pronunciada pendiente (PR-17) que asciende hacia Las Cabrillas. Es, probablemente, la zona más exigente del ascenso, transcurriendo en un principio bajo los pinos y, tras unos veinte minutos, alcanzando la ladera de la cuerda de Las Cabrillas, ya en la parte de brezo, al descubierto por el sendero de la tubería.
De momento caminamos solos. Únicamente nos encontramos de frente con bicicletas que bajan temerosamente y nos obligan a apartarnos del camino. Supongo que el monte es de todos, y estos ciclistas tienen el mismo derecho que yo a circular por ahí, pero me jode cantidad tenerles que ceder el paso cuando, de toda la vida en la montaña, el que sube tiene preferencia sobre el que baja. Pilar y Angel también son ciclistas, y no solo no protestan sino que les saludan y les animan, y como yo soy de los de "donde fueres haz lo que vieres", pues continúo chino chano la ascensión sin decir ni "mu"...
La senda va dejando a la derecha la Garganta del Infierno hasta alcanzar el Collado Emburriaderos (1.859 m), desde donde divisamos la cuerda de Siete Picos, el puerto de Navacerrada y, al frente, la pista de cemento que asciende hacia La Bola del Mundo. Aquí hacemos una parada.
Y ahí estamos disfrutando de las vistas mientras tomábamos un plátano, cuando de repente yo, que vivo a más de 300 km. de aquí y apenas conozco a media docena de madrileños, veo a una persona que me resulta familiar y... efectivamente: ¡es Nico! Menuda sorpresa. No lo veía desde que hicimos la ascensión invernal al Poset en el 2.012.
Nico y Teresa (su pareja), habían subido desde el Puerto de Navacerrada e iban a La Maliciosa, así que compartimos buena parte del trekking con ellos.
Desde este punto hasta la Bola se salva un desnivel de unos 300 m, unos tres cuartos de hora de caminata, que se nos pasan volando charlando, recordando anécdotas de otros encuentros, poniéndonos al día, y haciendo un poco el ganso cada vez que encontrábamos un nevero...
Y por fin llegamos a La Bola del Mundo, o Alto de las Guarramillas. Esta montaña, está ubicada en el límite de las provincias de Madrid y Segovia. Tiene una altitud de 2.275 m con una prominencia de 103, y es la montaña más occidental del cordal montañoso de Cuerda Larga.
Cima de la Bola del Mundo. |
Muy cerca de la cumbre, en la cara este, está el Ventisquero de la Condesa, una zona con emanaciones de agua que constituye el nacimiento del río Manzanares, y donde se acumulan grandes espesores de nieve en invierno.
En la cima hay unas antenas, cuya función era la emisión de la señal de radio y televisión y su envío hacia las dos mesetas.
Qué feas son las cimas con antenas, y más si hasta ellas llegan pistas asfaltadas o de cemento como esta... Lo bueno, es que estas tres grandes antenas están cubiertas por un aislamiento calefactado en forma de cohete para protegerlas del hielo, y esto hace que sean inconfundibles con el resto del paisaje y facilitan la orientación. Son visibles desde varios kilómetros a la redonda y constituyen la mayor peculiaridad de esta montaña.
Nos recuerdan al cohete con el que Tintín y el Capitán Haddock llegaron a la Luna...
Nos recuerdan al cohete con el que Tintín y el Capitán Haddock llegaron a la Luna...
Estamos en la cota más alta del recorrido, y llevamos 1.120 m de desnivel positivo. Así que decidimos parar y aprovechamos para comer.
Tras el descanso y la comida, reanudamos la marcha por el PR-16. Bajaremos hasta el Collado del Piornal a 2.074 m. (punto A), y volveremos a subir por la misma PR hasta los 2.100 m. por donde iniciaremos el descenso (punto B). Siempre en dirección hacia La Maliciosa (punto C).
Al cabo del rato, llegamos al punto B. Aquí nos despedimos pues, Teresa y Nico continúan hacia La Maliciosa, y nosotros comenzamos un vertiginoso descenso. Previamente me pongo las rodilleras, descenderemos más de 600 metros en muy poco recorrido y no me las quiero jugar...
Al cabo del rato, llegamos al punto B. Aquí nos despedimos pues, Teresa y Nico continúan hacia La Maliciosa, y nosotros comenzamos un vertiginoso descenso. Previamente me pongo las rodilleras, descenderemos más de 600 metros en muy poco recorrido y no me las quiero jugar...
Poco a poco vamos dejando atrás el paisaje de alta montaña, se suaviza la pendiente y nos volvemos a internar en bosque de pinos hasta llegar a los pies del embalse.
Cruzamos el embalse por la presa, y en pocos minutos nos plantamos en el coche.
Cruzamos el embalse por la presa, y en pocos minutos nos plantamos en el coche.
El cochinillo que al día siguiente nos comeríamos en Segovia, ya fue el colofón de un fin de semana magnífico.
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