martes, 22 de noviembre de 2011

PROGRESIÓN EN VÍAS FERRATAS


Comencé a redactar entradas en el blog dando por hecho que toda persona que accediera a él, ya sabía qué es una vía ferrata. Debería haber empezado con unas nociones básicas sobre el tema, pero como nunca es tarde si la dicha es buena, allá voy:

Una vía ferrata es un itinerario deportivo tanto vertical como horizontal (flanqueo) que recorre paredes o macizos rocosos y que está equipado con diverso material como grapas, clavijas, presas, pasamanos, cadenas, sirgas, puentes colgantes y tirolinas, con el fin de facilitar la progresión para llegar a zonas de difícil acceso para senderistas o personas no habituadas a la escalada.
La seguridad del usuario corre a través de la sirga de acero que va en todo momento paralelo a la vía, así como del arnés con disipador de energía y doble anclaje en "Y" especial para ferratas.

La primera vía ferrata se instaló en Austria, en 1843, con la intención de hacer la cima del monte Hoher Dachstein más accesible.


Monte Hoher Dachstein

Durante la I Guerra Mundial (1914-1918), el macizo de los Dolomitas situado en el norte de Italia, fue una zona muy castigada por los combates; la conquista de cualquier punto elevado era vital para controlar desde arriba los movimientos del enemigo. Con fines militares, las paredes de esta zona fueron equipadas con puentes, pasamanos y escalas, e incluso se excabaron túneles con el fin de protegerse. Al finalizar la guerra, se restauraron estas instalaciones con fines de uso deportivo y de ocio creando tal afición, que se construyeron otras nuevas, extendiéndose este nuevo deporte por países como Austria, Alemania, Francia, Eslovenia y Andorra, donde existen más de medio millar de vías ferratas.
En España, aunque el auge de este deporte comenzó en la década de los noventa, la primera vía se instaló en 1881: las Clavijas de Cotatuero, en el Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido. Las clavijas fueron instaladas  a instancias de un cazador inglés por dos herreros de Torla:  Bartolomé Lafuente y Miguel Bringola.


Material necesario para realizar una ferrata:
  • Casco: Imprescindible. Nos protege tanto por desprendimientos de rocas, como por una posible caída.
  • Arnés: Mejor uno regulable en las piernas. Esto facilita el ponérselo independientemente de la ropa que use en cada estación.
  • Disipador de energía con doble anclaje en Y: En caso de caída amortiguará el golpe. Existen diferentes tipos. Está terminantemente prohibido hacer una vía ferrata sin este elemento.
  • Tercera baga: No es indispensable, pero en algunos momentos proporciona seguridad, y permite descansar.
  • Ocho y cuerda: Sólo si queremos regresar rapelando.
  • Guantes: Muy recomendables. Como las clavijas y grapas son de hierro, sirven para protegerse y evitar daños en las manos.
  • Calzado: Se recomienda que sea cómodo pero con suela gruesa y antideslizante.

Disipador para ferratas

Avanzaremos siempre con uno de los dos mosquetones del disipador anclado. Nunca hacer un cambio del disipador con los dos mosquetones a la vez. Asegurarse que los mosquetones siempre se cierran, ya sean semi-automáticos de vía ferrata como los de rosca de la tercera baga. Los dos mosquetones del disipador que estén contrachapados. Es decir, los cierres-roscas uno hacia cada lado, en sentidos distintos. Porque si hay roce con la roca, pueda abrirse solo uno de ellos.
Con disipadores de placa, la cuerda sobrante que ha de correr en caso de disiparse, ha de estar suelta totalmente. No hay que enrollarla en ninguna parte porque entonces no disiparía. Suele haber unos ganchos de plástico para que no moleste la cuerda sobrante y que saltan en caso de caída. Nunca deben ir dos personas ancladas en el mismo tramo de cable, es decir, entre anclaje y anclaje del cable de vida a la pared. Sobre todo en tramos verticales, ya que si cae el primero arrastraría al segundo.
Evitar tirar piedras al progresar, ya que habrá más gente subiendo. En caso de haber piedra suelta, ir lo más cerca posible del predecesor para poder esquivar las piedras grandes que caigan antes de que cojan velocidad. Si hay anillas o baldas pequeñas donde no cabe toda la mano, son para los pies. No meter los dedos porque en caso de caída pueden amputarse las falanges por palanca.


Revisando que el equipo está en perfectas condiciones antes de afrontar la ferrata

Lo más importante es ir seguro en cada paso, por tanto no se ha de hacer las cosas deprisa. En la montaña se suele decir que la "prisa mata". Hay que avanzar con pies y manos sobre los peldaños de hierro e ir pasando el disipador por el cable de vida. Esto es lo básico. A veces no hay peldaño de hierro, así que se tendrá que usar la roca directamente. De hecho, es lo ideal, cuanto más agarre a la roca mejor, aunque esto suele pasar pocas veces si hay peldaños puestos.
Si se quiere descansar a mitad de un tramo, buscar una posición cómoda y/o anclarse de la tercera baga para relajar brazos. Siempre mirad a los que te siguen si también están en situación cómoda antes del descanso. En la medida de lo posible, no cogerse al cable de vida, porque no esta puesto para ello y es muy cortante.


Los mosquetones del disipador siempre es mejor llevarlos por encima de los brazos y cintura, porque sino suelen quedarse atrás y hay que retroceder un paso. En tramos desplomados, es muy útil la tercera baga para quedarse colgado y poder utilizar los brazos para pasar el disipador en el cable de vida o para afrontar el siguiente paso. La tercera baga se suele poner en el peldaño más arriba que se llegue. Luego con un brazo se hace la fuerza de subir, quitar la baga, avanzar pies, avanzar mano y volver a poner la baga cuando ya no se pueda mantener más la fuerza.
En tramos de flanqueo donde no hay donde poner los pies, lo mejor es utilizar de nuevo la tercera baga para poner las plantas de los pies en la pared y hacer fuerza con la cadera hacia afuera, así también descansan los brazos. Incluso se puede progresar así, arrastrando el mosquetón de la tercera baga por el cable de vida. Cuando haya que pasar disipador y baga al siguiente tramo del cable de vida, tocará hacer fuerza de brazos de nuevo.

Ya solo recomendar, que no es un deporte muy apropiado para personas que sufran vértigo, y que la primera ferrata que realicéis, sea acompañados de un guía ó de alguien con suficiente experiencia, que os pueda dar la oportuna formación práctica, para manejaros de forma autónoma por este tipo de recorridos.




martes, 15 de noviembre de 2011

FERRATA CUBILILLO OS FILS


Como os prometí en la entrada de Riglos, aquí estoy de nuevo para comentar la vía ferrata que hay en dicha localidad.
Esta ferrata me encanta. No es que le tenga un cariño especial por ser la que me inició en este deporte, sino porque es muy completa: para llegar a los pies de la vía hay un trekking de más de una hora durante el cual podremos disfrutar de los Mallos y el espectacular vuelo de los buitres leonados, y una vez realizada la ferrata, el descenso a través de la Peña Don Justo es muy divertido, como una segunda ferrata.


Vista de los Mallos desde la primera repisa.

En esta ocasión además de Agus, estuve acompañado de Santi, un buen amigo desde hace muchos años, al que la montaña le ha enganchado también.
Dejamos el coche en el parking, y tras el obligatorio cafecito en el Refugio, ascendemos por la pronunciada calle José Antonio. Una vez llegamos a la plaza, nos dirigimos a la derecha por el camino de Figonero, marcado como GR-1 que pronto será de tierra. Avanzamos siguiendo el GR, cruzamos una pequeña balsa artificial y el camino se hace más ancho.
Al fondo vemos claramente la Peña Don Justo y a la izquierda la Pared de los Buitres.


Peña de Don Justo y Pared de los Buitres.

Llaneamos por esta ancha pista hasta que un indicador nos desvía a la derecha, hacia el riachuelo y la Peña, indicado "Mirador de los Buitres y clavijas"  (Ojo! hay que estar atento, no está muy visible). Cruzamos el río y continuamos siempre hacia el sur, y al rato llegamos a otro desvío que indica Fuente de los Clérigos y Mirador Cubilillo. 


Desvío hacia la ferrata.
Los chupones de hielo dan muestra de la temperatura que había.

Tomamos la derecha, pasamos el Tornillo y seguimos de frente. Cuando parece que dejamos las paredes más verticales atrás, hay un pequeño desvío a la izquierda (también hay que estar atentos, no está indicado), lo tomamos y nos preparamos el equipo.


Agus y yo listos para comenzar.

Una vez preparados, subimos por una muy empinada cuesta hasta una repisa en la roca, el inicio de la ferrata.
Esta vez treparemos a través de clavijas en vez de grapas. Parece que no cambie mucho, pero a la práctica es bastante diferente ascender por estos pequeños salientes lisos de hierro, en vez de hacerlo por las grandes, confortables y antideslizantes grapas de acero corrugado, típicas de vía ferrata.

Comenzamos ascendiendo alternativamente tramos verticales intercalados por pequeñas repisas. La ferrata tiene un par de pasos bastante verticales y aéreos a partir de aquí y especialmente en el segundo tramo aumenta la sensación de altura.










Desde aquí ya vemos el pequeño mirador de los buitres que nos espera en la cima a mano izquierda. La salida de las clavijas es por un paso con un pequeño techo, fácil, equipado con clavijas y cable de seguridad.
Una vez arriba, almorzamos junto al mirador.


Agus y Santi reponiendo fuerzas.


A partir de aquí, se nos abren varias posibilidades de descenso:
- Rapelar por la propia ferrata.
- Bajar por el camino equipado de la Peña Don Justo.
- Caminar por el GR-1 hacia el Collado de Santo Román (opción más larga).
         
Nosotros elegimos la segunda. El camino está muy bien equipado, pero es necesario asegurarse tal y como reza el cartel.





Comienza el camino en fuerte descenso entre árboles y arbustos a los que hay que agarrarse hasta que tocamos roca y empieza la sirga de seguridad.

El recorrido es muy ameno, dispone de una gran escalera metálica, e incluso un pequeño puente nepalí.






El regreso al pueblo, se realiza por el mismo camino por el que hemos venido.




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