Octavo día en Alpes. Hoy es día de despedidas. Regresamos a casa, pero como es una paliza de coche desde Lauterbrunnen a Valencia, lo haremos en dos jornadas, y de paso aprovechamos a hacer turismo.
Bajamos las mochilas y el resto de equipaje al coche y nos despedimos de nuestro amigo Hans y le damos las gracias. Éste nos regala una botella de licor. A Hans le gusta mucho España, de hecho la clave WiFi del hotel es el nombre de una de las islas que forman el archipiélago canario. Es un tipo peculiar pero muy majo. Si algún día vuelvo a Lauterbrunnen (espero que sí), sin duda me alojaré en el mismo hotel.
Arrancamos el coche, ponemos rumbo a Interlaken, y en apenas 20 minutos llegamos. Hay muy pocos kilómetros entre una población y otra.
Arrancamos el coche, ponemos rumbo a Interlaken, y en apenas 20 minutos llegamos. Hay muy pocos kilómetros entre una población y otra.
El nombre de Interlaken viene de su posición geográfica entre los lagos de Thun y Brienz. Éste nombre fue adoptado en 1891, para sustituir su antiguo nombre: Aarmühle. Dada la popularidad del lugar entre visitantes provenientes de España y del mundo latino, su nombre en español Entrelagos también adquirió cierta divulgación en el ámbito turístico.
Se trata de una ciudad muy tranquila, llena de turistas. No paran de sobrevolarnos parapentistas que aterrizan en el parque.
Tras un café cogimos de nuevo el coche y nos dirigimos a Berna, localidad a la que llegamos en apenas una hora. Tras un rato dando vueltas en busca de un aparcamiento gratuito, comenzamos a visitar esta preciosa ciudad.
Nada más bajar del coche, y mientras pasamos por uno de los puentes que cruzan el río Aare hacia el meandro (que es la parte histórica de la ciudad), vemos unos osos que atraían los objetivos de las cámaras y móviles de numerosos turistas que cruzaban el mismo puente.
De hecho, según leí, ha habido osos en este mismo lugar desde 1440. En 1191, el fundador de la ciudad prometió que le daría escudo y nombre según el primer animal que encontrara en la cacería en la que iba a tomar parte, y éste fue un oso (Bär en alemán).
Estuvimos buen rato paseando por sus anchas avenidas, rodeados de edificios no muy altos pero señoriales y bien conservados y con multitud de banderas y estatuas policromadas.
Los bajos de los edificios son porches con locales comerciales muy muy caros. Aquí el nivel de vida es muy elevado a juzgar por los vehículos de alta gama que veíamos circulando...
Comimos en un restaurante. No mucho por que alguno ya se había llenado de perritos calientes que vendían en carritos por la calle...
Tras algunas compras de última hora regresamos al coche. De allí partimos hacia Grenoble (Francia), a 310 km de Berna, donde llegamos tras tres horas y pico de carreteras y autovías.
En Grenoble cenamos y dormimos en un hotel F1, una cadena hotelera muy popular en Francia de precio bastante económico.
Al día siguiente, y tras cerca de 1000 km, llegamos a Valencia. Yo dormí en casa de Luis en El Saler tal y como hice a la ida, y por la mañana tras almorzar con Luis y Floren por última vez estas vacaciones, cogí mi coche y regresé a Zaragoza.
Y poco más que contar. Sólo queda agradecer a mis "compis" de viaje poder haber compartido con ellos estas fantásticas vacaciones en Alpes: Gracias chicos, por la organización y la compañía, sois los mejores ¡Muak! (¿para cuándo la próxima?).
Os dejo un vídeo realizado por Luis, que resume perfectamente el viaje: