Desde que hicimos hace casi dos años las vías ferratas Peña del Morral y Santo Cristo de Olvena en el mismo día, Agustín y yo no hemos vuelto a realizar ninguna juntos, y esto no puede ser: este finde quedamos ¡a ferratear!
La meteo no es muy propicia: frío y lluvia o nieve por todas partes incluido el prepirineo, así que empezamos a buscar ferratas que no estuvieran a una burrada de kilómetros y con buena predicción meteorológica... casi nada. La web deandar, como siempre, nos facilitó mucho las cosas y, por fin elegimos nuestro destino: la vía ferrata Hipocrática de Calcena, en la llamada cara oculta del Moncayo.
A las 10 en punto paso a buscar a Agus, y tomamos la A-2 dirección Madrid. Poco antes de llegar a Calatayud, tomamos la salida 255. Tras pasar Sabiñán, Morés, Brea de Aragón, Illueca, Gotor, Jarque y Oseja, llegamos a Calcena. Total 112 km y una hora y tres cuartos de coche.
Poco antes de llegar, y nada más pasar un puente que cruza el Río Isuela, hay un cruce. A la derecha podemos divisar ya Calcena y tenemos la Ermita de San Roque. A la izquierda hay un pequeño aparcamiento, y allí dejamos el vehículo.
Cogemos el equipo del coche y también los impermeables, pues nos había nevado por la carretera hasta poco antes de llegar. Volvemos a cruzar el puente, y tras unos treinta o cuarenta metros siguiendo la carretera en dirección contraria a como hemos venido, está el cartel que indica la ferrata a nuestra derecha. No tiene pérdida, porque enseguida se ve la pared por donde discurre la ferrata y el equipamiento de ésta.
Se trata de una ferrata de categoría K-2. Está muy bien equipada, pero por si nos parecen pocas grapas, tenemos agarres naturales en casi todo el recorrido. Eso sí: hay un desplome.
Esta vía, se construyó al cerrarse y desmontarse la vía ferrata La Ojosa, ya que estaba en una peña de anidamiento del alimoche, una especie que ha sufrido tal retroceso poblacional, que ha dejado a esta rapaz en una peligrosa situación.
Agus comienza a protestar porque la sirga está a la izquierda en vez de a la derecha como suelen estar, y que si es una ferrata para zurdos... y yo mientras (que soy zurdo) me reía.
Tras unos cuantos metros de absoluta verticalidad, la ferrata se desplaza hacia la derecha en ligero ascenso.
Tras unos cuantos metros de absoluta verticalidad, la ferrata se desplaza hacia la derecha en ligero ascenso.
A continuación hay otra larga ascensión vertical, pero esta vez además, con un desplome. Es el tramo más deportivo de toda la vía.
El paso desplomado nos lleva a la izquierda, sin embargo las grapas donde apoyamos los pies quedan a la derecha, así que hay que tirar de brazos...
Pasado el desplome hay una pequeña repisa, donde espero a Agustín. Ha salido el sol y empieza a hacer calor pero dura poco, pues de repente se vuelve a nublar y de nuevo vuelve a nevar.
Ascendimos unas cuantas grapas más, y llegamos a la cima cresteando por la roca. Desde arriba las vistas a las Peñas del Cabo son preciosas...
Unos metros más adelante, desaparece la sirga de seguridad dando por concluida la ferrata. A partir de aquí comenzamos el descenso. No está muy bien marcado, así que vamos siguiendo los hitos de piedras que vamos encontrando aquí y allá...
El retorno se hace a través del barranco que discurre paralelo y a la izquierda de la ferrata. En algunos momentos la bajada es pronunciada, pero han equipado unas cadenas que nos ayudan a descender.
Recogimos el equipo en el coche, y nos fuimos a la cercana Ermita de San Roque a comernos la empanada de atún que había traído Agustín.
El retorno se hace a través del barranco que discurre paralelo y a la izquierda de la ferrata. En algunos momentos la bajada es pronunciada, pero han equipado unas cadenas que nos ayudan a descender.
Recogimos el equipo en el coche, y nos fuimos a la cercana Ermita de San Roque a comernos la empanada de atún que había traído Agustín.
La verdad es que de Ermita tiene poco, pues ahora es un refugio con chimenea y todo. El cartel de la entrada dice que un día "desapareció" el retablo, y desde entonces se habilitó para refugio.
Ñam ñam... qué rica nos supo... |