viernes, 20 de mayo de 2016

FERRATA FUENTE GODALLA


Tras realizar la Vía Ferrata de los Fresnos nos dirigimos hacia Enguera, donde haremos la segunda de la jornada: la Ferrata Fuente Godalla.



Ésta es una vía de dificultad K-3, muy muy completa y entretenida: dispone de tramos verticales, pasos laterales, puente, y una impresionante tirolina de 70 metros.

Dejamos el coche aparcado junto a unas mesas de picnic, y nos colocamos los arneses, casco y resto del equipo. Junto al cartel indicador de la ferrata, se observa claramente el sendero que cogemos para llegar al pie de la vía. Sin dejar éste, ascendemos una suave pendiente entre pinares hasta que llegamos a una pequeña explanada que se encuentra justo debajo de la tirolina.

Floren en el primer largo.

Comenzamos la ferrata ascendiendo hasta un espolón. La temperatura es perfecta.

El que suscribe en plena ascensión.

José Manuel llegando al espolón.
La vía está muy bien equipada. Pero por si nos parecen pocas las grapas, la roca nos proporciona infinidad de agarres naturales.



Una vez llegados al espolón, la vía realiza una travesía a izquierdas. Es el punto más complicado de la vía, ya que apenas hay apoyos para los pies, y hay que tirar de brazos...




Una vez superado este tramo, llegamos al inicio de la tirolina. Un cartel, nos advierte de los riesgos.



Disponemos de una sola polea, pero no tenemos cordino para recuperarla, así que sólo la podía utilizar uno de nosotros... Decidimos pasar de la tirolina (una pena, habrá que volver...), y continuar juntos.

Así que seguimos ascendiendo, para llegar a una instalación que nos permita rapelar, cruzar el barranco y llegar al otro extremo de la tirolina.




Volvemos a ascender a través de las grapas, para llegar al puente.

Ascendiendo de nuevo.

El puente está formado con tablas de madera unidas a las sirgas. Está muy bien instalado y tiene su punto justo de movimiento para darle emoción sin asustar demasiado a los que padezcan de vértigo.





Una vez pasados al otro extremo, podemos retornar al coche realizando un largo trekking o rapelando y bajando por el barranco. Elegimos la segunda opción por ser la más rápida, que eran más de las 4 y había hambre...




Recogimos los trastos, y sacamos la nevera que trajo José Manuel con embutido, queso, fruta, cervecitas frascas, vino... ¡un crack en logística! 
Nos lo zampamos todo tranquilamente sentados en una mesa a la sombrita...















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