jueves, 22 de septiembre de 2016

VUELTA A LOS MALLOS DE RIGLOS


Ya hacía tiempo que había decidido con mis amigos José Antonio y Tere, que nos teníamos que ir de excursión con nuestras respectivas hijas. Nunca encontrábamos fecha, pero el que la sigue la consigue y, al fin, nos pusimos de acuerdo y nos fuimos a Riglos.

Saqué uno de los asientos ocultos de la Zafira, y sobre las 9 de la mañana nos subimos los seis y salimos. En Ayerbe, paramos a comprar el pan y tomar un café con pastas. Estaba en fiestas, y se notaba que muchos no se habían acostado todavía...

Listos para comenzar.

Llegamos a Riglos. No había preparado ninguna ruta en especial, así que según viera las fuerzas iría improvisando.

Comenzamos ascendiendo por la pronunciada calle José Antonio. Una vez llegamos a la plaza, nos dirigimos a la derecha por el camino de Figonero, marcado como GR-1 que pronto será de tierra. Avanzamos siguiendo la GR, cruzamos una pequeña balsa artificial y el camino se hace más ancho.



La mañana está despejada, y el sol calienta a base de bien... Hoy imprescindibles las gorras y crema de protección solar de 50.

Continuamos durante varios kilómetros sin dejar la GR-1, aprovechando para descansar en cada sombra que encontrábamos.




Llevábamos ya bebidos casi 3 litros de agua, así que decido desviarnos hacia la Fuente de los Clérigos, donde además de agua encontraríamos buena sombra.




Rellenamos las botellas y mientras hacían efecto las pastillas potabilizadoras, Almudena, Lucía y Beatriz aprovecharon a trepar por las paredes y meterse en pequeñas grutas con los frontales.

Al cabo del rato nos reincorporamos al camino, y continuamos un buen trecho hasta que llegamos a una pista. Estamos ahora en la GR-95.

Llegamos a un cruce de caminos. Aquí les pregunto qué prefieren hacer: si continuar subiendo para regresar a Riglos por el Alto de Santo Román pasando por el Mirador del Espinablo, ó ir hasta la Ermita de San Miguel y las ruinas del castillo de Marcuello y volver por el mismo sitio. Las niñas eligen la segunda opción por ser la menos costosa, pero como el voto de los padres "vale doble", seguimos subiendo.

Beatriz, una guapísima montañera.

Continuamos avanzando y continuamos bebiendo agua. Apenas nos quedan un par de litros que guardaremos para comer y para el regreso.

Cuando alcanzamos la cota más alta de la ruta, divisamos perfectamente Peña Oroel y los Pirineos.





Al cabo de buen rato, llegamos a Campo Roseta y el Mirador del Espinablo, desde donde disfrutamos de una magnífica vista de los mallos amenizada por el relajante vuelo de los buitres.

En el mirador del Espinablo.

Tere con mi hija.

El que suscribe con Lucía.


Una vez encontramos una sombra suficiente bajo la que cobijarnos los 6, nos ponemos a comer.

Empezando a comer.

Tere sacó la tortilla de patata que había hecho esa misma mañana, y nos la zampamos en un visto y no visto. Nos supo a gloria. También le dimos al jamón y al chorizo que las niñas pasaron con agua y los mayores con el vino de la bota que traje. 

Tras unas risas de sobremesa, comenzamos el descenso.





Nos quedaban unos 3/4 de litro de agua, así que la repartimos entre las peques racionándola con un pequeño sorbo cada vez. Aun así, todos pasamos sed...


Beatriz entre los mallos Pisón y Firé.
Llegando a Riglos y a la deseada hidratación...

Por fin llegamos de nuevo al punto de partida, y nos fuimos directos al bar donde nos saciamos a base de refrescos, cerveza y agua... ¡mucha agua!



¡Saciados de líquido al fin!


A pesar de la sed, ha sido una gran jornada. Espero repetir pronto con esta magnífica compañía...













4 comentarios:

  1. Muchas gracias Tomas y Almudena por la maravillosa excursión a los Mallos de Riglos. fue un día estupendo. Lo tenemos que repetir.

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    1. Gracias a vosotros por venir. Lo que no entiendo es como queréis repetir con la sed que pasamos todos... Jajaja...
      Besos a tod@s!

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  2. Que preciosidad de ruta Tomas y la compañia LO MEJORRRRRRR!!!!!
    Enhorabuena por tu entrada, por los paisajes que nos enseñas y las maravillosas caricas de felicidad de las tres niñas!!!
    1bsico.-

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    1. Sí, estoy de acuerdo en que lo mejor de la ruta fue sin duda la compañía.
      Bss.

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